Desde el 2010, decidió crear su marca y darse a conocer. “No ha sido un camino fácil. Más allá de mi edad, no tengo la experiencia que tienen muchos diseñadores, pues yo no estudié una carrera. La marca “Ferzu” comenzó cuando yo me estaba graduando en la preparatoria, entonces sólo me quedó aprender sobre la marcha ya que no ha sido una industria sencilla, pero ante todo he madurado gracias a esa pasión, a ese amor que le tengo a la moda.”

 

El don que emerge de sus manos se ha encargado de diseñar y elaborar accesorios como collares, pulseras y anillos, para mujeres y hombres cuyo material característico son los cierres reciclados, que combina con pedazos de tela. En cada colección se ofrece joyería acorde a las principales tendencias globales, sin dejar atrás la versatilidad y accesibilidad económica, dándoles una alta posibilidad de comercialización.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“No lo esperaba, la verdad no pensé que quisieran mis accesorios. Pues como es un material muy común sí me preocupaba que iba a pensar la gente, aunque afortunadamente han reaccionado muy bien” dice Zúñiga. Esta diseñadora se siente satisfecha por lo que ha logrado, puesto que ha sabido combinar la moda con lo ecológico, ya que cada accesorio tiene, al menos, 6O por ciento de material reciclado.

 

Ya lo dijo alguna vez la diseñadora de modas Coco Chanel, “para ser irremplazable hay que ser diferente”. Esa frase se ha convertido en un lema de vida para esta emprendedora, debido a que en cada colección busca cosas únicas. La marca saca su lado más espontáneo y divertido, pero los diseños cambian dependiendo sus estados de ánimo. Ella misma se define con una personalidad dual. Simple pero risueña, irónica pero tímida, sociable pero amante de la soledad. Es por eso que gracias a su singular carácter decidió inspirarse para transmitirlo en sus accesorios.

 

Su sueño por incursionar en el mundo de las tendencias y la ropa, se vio inalcanzable pues sus padres no querían aceptar ese oficio y mucho menos creían que en México existiera moda. Pero como fiel seguidora de los sueños no sólo quiso demostrarles a sus progenitores, sino a ella misma de que podría hacer eso y mucho más. Con el esfuerzo y dedicación ha logrado rebasar las fronteras con exportaciones de sus collares a otros países.