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La detallada elegancia de

EL GRAN GATSBY

Por Pascual Morones y Karla Martínez

Cuando la editora de Punto y Moda me invitó a escribir en esta plataforma hablando sobre la moda en el cine supe que me estaba enfrentando a uno de los más grandes retos que he tenido. ¿Por qué? Es sencillo. La moda amerita ser analizada, estudiada y escrita con la mayor profesionalidad dejando así a un lado la idea de que simplemente hablar de moda es hablar de algo superficial y ajeno a uno.

 

Es por eso que hoy estrenaremos esta sección donde lo importante para analizar y destacar será el vestuario. Claro que habrá un poco sobre la película en sí pero sin restarle protagonismo a lo que hoy nos ha reunido aquí.

 

Y sí. Decidí aceptar la invitación y enfrenté esos momentos de no poder escribir. Bien dicen que hay que poner atención a lo que se te dice porque lo que tú estás por decir ya lo conoces. Partiendo de esto me he es grato iniciar mi colaboración, después de mucho aprendizaje, con una película que si en algo resalta es en su vestuario: El Gran Gatsby.

El Gran Gatsby, basado en la novela homónima escrita por Scott Fitzgerald, fue adaptada una vez más en el 2013. Esta vez el encargado de comandar el proyecto fue Baz Luhrmann (Moulin Rouge, Australia) quien recurrió, al siempre ignorado por la academia, Leonardo DiCaprio y, al mejor Peter Parker, Tobey Maguire para interpretar a Jay y a Nick, respectivamente.

 

Para aquellos que desconozcan de qué va la historia, Nick cuenta, a partir de sus memorias, la historia de Jay Gatsby. Un personaje que lo impresiona. La persona más optimista diría él mismo. Un hombre que realizaba todo lo que estuviera en sus manos guiado por un viejo amor que aún lo carcomía por dentro.

 

El gran reto fue el lograr mostrar a cuadro una época de la historia estadounidense muy ajena para la mayoría de nosotros. Debemos tomar en cuenta que El Gran Gatsby se desarrolla en la década de los 20. Se dejaba a un lado la primera guerra mundial. Se aproximaba el crack de la bolsa. Combinación que detallaban un peculiar escenario a reproducir. Un estilo de vida que debía mostrarse con la fidelidad que requiere una producción que contaba con poco más de 100 millones de dólares de presupuesto.

Australia vio nacer en enero de 1965 a su representante más galardonada en la historia de los premios Oscar. Diseños y vestuarios la han acompañado a lo largo de su carrera, y por supuesto a lo largo de sus triunfos. Catherine Martin, esposa de Luhrmann, fue la encargada del diseño de producción y vestuario del filme, el cual comenzó desde el 2011. Trabajo que le dio como resultado dos estatuillas doradas, hazaña que ya había conseguido una década antes por su labor en la cinta Moulin Rouge! Y la admiración que obtuvo con Romeo+Julieta.

Fotografía www.aphramag.com

Gracias a su detallado y sorprendente vestuario para El Gran Gatsby, Martin fue incluida, desde el 2014, en el Rodeo Drive Walk of Style, lugar donde se conmemora a las personas que han hecho grandes aportes dentro del mundo de la moda, el diseño y vestuario. Su habilidad al coordinar conjuntos y dirigir combinaciones se vio complementando con marcas reconocidas mundialmente como Prada y Brooks Brothers.

 

Las dos firmas mencionadas con anterioridad se encargaron de darle vida a las características en particular de cada personaje. El protagonista Leonardo Dicaprio, así como el resto del reparto masculino portaron con elegancia y estilo los trajes de Brooks Brothers; mientras que el papel de Daisy Buchanan, interpretado por Carey Mulligan, lució vestidos llenos de destellos, plumas y flequillos que resaltan la moda del charleston, gracias a la colaboración entre Miuccia Prada y Catherine Martin.

Fotografía Cosmopolitan

Fotografía blog.fidmmuseum.org

En cuanto a los diamantes que se usaron para lograr un atuendo completo, Tiffany & Co se encargó de hacer todas las joyas como los collares, aretes y pulseras llenas de piedras preciosas montadas en platino para resaltar la elegancia que caracteriza la época.

 

Con alrededor de 400 metros de encaje para los vestidos y más de 2, 291 prendas para los 300 extras que formaron parte en las escenas de las fiestas, se logró adaptar la moda actual con la regresión a los años 20. La película con 142 minutos condujo a los espectadores a través de una línea del tiempo donde las plumas en la cabeza, las diademas con diamantes incrustados, los vestidos llenos de lentejuelas, los trajes impecables y las faldas con flequillos revivieron a la novela de Scott Fitzgerald.

 

La mayoría de las veces sólo se reconoce a la narrativa, al director, productores y actores, sin embargo también se debe destacar el papel de los que están detrás de los grandes vestuarios del cine. Y en esta ocasión, era importante hablar un poco más sobre Catherine Martin y las firmas colaboradoras para darle un mayor alcance a lo que podría ser la vitalidad del séptimo arte: la moda.   

 

Fotografías www.nydailynews.com

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