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Foto: Hurracarrana

La otra cara de la moda

       ¿Quién hizo mi ropa?     

Por Valeria Romero 

Foto: Ethical Fashion Space

Muchas veces no nos preguntamos cómo o quién hizo nuestra ropa; si su proceso de producción es amable con el medio ambiente o si ha utilizado una técnica de explotación para crearla. Ésta es la problemática que nos plantea Ethical Fashion Space (EFS), con la proyección del documental “FASHION VICTIMS” realizado en el Centro Cultural Brasil-México.

 

El documental muestra la otra cara de la industria de la moda, lejos de las pasarelas y el glamour. Jordi Évole, protagonista del film, se adentra en lugares como Camboya para mostrar la explotación y la realidad detrás de todas las grandes empresas textiles, en dónde existe: maltrato, sueldos denigrantes y condiciones infrahumanas para sus trabajadores, además de un poco interés por el daño que provocan al medio ambiente. 

 

Marcas reconocidas como “fast-fashion” o “moda rápida” las cuales ofrecen una gran variedad de diseños de prendas en tendencia y además a un bajo costo, comparadas con diseñadores, son las responsables de esta inquietante realidad. Dichas empresas “nos han llevado al consumismo, ya que su ropa no dura más de 40 lavadas, son prácticamente desechables” afirma Mireille Acquart miembro de EFS.

 

“FASHION VICTIMS” muestra que marcas como ZARA, H&M, OYSHO, entre otras realizan la deslocalización de empresas textiles, es decir, mandan a producir sus prendas a países asiáticos en donde la mano de obra es barata y pueden explotar a sus trabajadores ya que no existe una regulación para ellos, de esta manera las grandes empresas se enriquecen e invierten muy poco capital.

 

Al finalizar la proyección se dio lugar a un debate en donde participaron los asistentes, incluidas personalidades como diseñadores y psicoanalistas interesados en el tema de la sustentabilidad. “No se trata que una parte del mundo produzca a morir y la otra consuma a morir, se trata de un equilibrio”, afirmó un participante del evento.

 

EFS nos plantea un movimiento en dónde la moda no sólo es consumir ropa y verse bien, sino en ser consumidores conscientes, ser críticos donde compramos nuestras prendas e informarnos sobre que hay detrás de ellas. Apoyar a diseñadores emergentes así como mexicanos es una opción para combatir este fenómeno, además de exigirles dar información transparente sobre su proceso de producción.

 

Otro punto retomado en el debate es la exhortación a los diseñadores a volverse sustentables y conscientes, ya que son una de las partes fundamentales para crear industrias amigables y éticas. Evitar la explotación, los malos tratos, cuidar los deshechos, así como la materia prima que utilizan, e impulsar el trabajo digno en su país, son factores para cambiar la industria.

 

México es un país el cuál ha sido educado de una forma globalizada y consumista, provocando un desprecio hacia los productos mexicanos, esto debe cambiar para mejorar la calidad de vida de nuestro país. Amar y valorar el trabajo artesanal, así como también cuidar nuestros recursos, ser coherente con su estilo de vida y no seguir una moda que tenga como consecuencia el sufrimiento o degradación de la humanidad, son unas pocas de tantas acciones que todo amante de la moda debería ser consciente.

 

Por Valeria Romero 

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