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Pinceladas de

          inclusión  

Por Karla Martínez

Foto: Facebook León Blanco

Felicidad.

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Eso transmite ella con cada pincelada. Ari suelta la mano teñida de colores pastel sobre un retazo de tela que atinó sacar del cajón de su mamá. Su piel de marfil guarda detalles cincelados, que algunos llamarían cicatrices, de las operaciones que ha necesitado su corazón para seguir latiendo.

 

Detiene el danzar de su muñeca para admirar su obra de arte. Califica con una sonrisa tintineante el resultado de esos pequeños detalles. Sus ojos, levemente rasgados, erupcionan la satisfacción de haber culminado el dibujo de lo que, para ella, es una tarde en el campo.

 

Pájaros imaginarios multicolores yacen sobre un jardín infinito donde las flores, cual guardianes, vigilan la comida que está depositada en el pasto. Nubes moradas que rodean al astro rey color verde enmarcan su creación. Ari emite otra sonrisa y extiende sus brazos en busca de que la levanten en un abrazo de triunfo.

           

Ari Sánchez tiene una discapacidad intelectual pues nació con Síndrome de Down. Sus dibujos, cuya calidad es notable, podrían quedar simplemente pegados en el refrigerador de su casa. ¿Cómo explicarle a niños y niñas como Ari, cuya pasión es el dibujo, que tal vez nunca podrán salir del amateurismo? Ya no será necesario.

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El mundo de la moda abre paso a un trabajo más incluyente y encuentra en Juan Manuel Sánchez y su marca León Blanco, una ventana para que las personas con discapacidad intelectual echen a volar su creatividad. Una puerta que muchas familias deciden abrir para que sus niños tengan la facilidad para entrar en la sociedad y, sobre todo, en el mundo laboral.

         

Con tan sólo 23 años y con tres de carrera dentro de la industria de la moda con su marca Go Style, Juan Manuel Sánchez decidió evolucionar a León Blanco para transformar el diseño de los accesorios y demostrar que la elegancia no es exclusiva, pues para él la moda debe ser universal no sólo para vestirse sino también para crearse. Bajo este ideal, Sánchez emprendió el camino de llevar su marca a un trabajo social en el que personas con discapacidad intelectual se sumen a las tendencias de la moda mexicana.

Según la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud, presentada en el 2001 por los 191 Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la quincuagésima cuarta Asamblea Mundial de la Salud, las personas con discapacidad son aquellas que tienen una o más deficiencias físicas, mentales e intelectuales o sensoriales y que al interactuar con distintos ambientes del entorno social pueden impedir su participación plena y efectiva en igualdad de condiciones a las demás.

           

Entre los tipos de discapacidad aparece la intelectual, la cual según la OMS es un trastorno definido por la presencia de desarrollo mental incompleto o detenido, caracterizado principalmente por deterioro de las funciones concretas de cada época de desarrollo y que contribuyen al nivel global de inteligencia, como las funciones cognitivas, del lenguaje, motrices y de socialización, en donde la adaptación al ambiente siempre está afectada. 

           

Dicha organización señala que 3% de la población tiene discapacidad intelectual, la cual incluye el retardo o retraso mental y el Síndrome de Down. Mientras que según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), la discapacidad total en México equivale al 10% de la población, de los cuales cerca de tres millones presentan discapacidad intelectual.

Juan Manuel Sánchez presentó en enero pasado durante la pasarela de Intermoda, en Guadalajara, “Todos Somos Moda” línea de moños de vestir hechos de madera decorados por una niña y seis niños con discapacidad intelectual, integrantes de la organización sin fines de lucro Best Buddies México. Dicha asociación está dedicada a mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad intelectual.

           

Esta sinergia busca recaudar dinero de sus producciones para que sea destinado al desarrollo profesional de estos jóvenes y tengan un mayor acceso a la vida laboral, a pesar de que existe el Programa Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de Personas con Discapacidad, creado por el gobierno de México, donde explican que las políticas públicas deberán observar la equidad; la justicia social; la igualdad de oportunidades; la libertad de decisiones e independencia de las personas; la participación e inclusión en la sociedad; el respeto por la diferencia y la aceptación de la discapacidad como parte de la diversidad y condición humana; la no discriminación, entre otras cosas.

           

Sin embargo, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) en el documento Estudio sobre discriminación y discapacidad mental e intelectual aclara que en México aún faltan políticas que garanticen el acceso de mexicanos y mexicanas con discapacidad intelectual a servicios de salud, educación y oportunidades de empleo.

           

De piel vainilla y ojos moca, el director de León Blanco tiene seguro que más que una empresa de moda buscan ser una empresa de apoyo. “Tratamos de fusionar la moda con la ayuda a personas que tienen capacidades diferentes, a las cuales les falta una guía que les pueda enseñar cómo desarrollar sus habilidades. Hay chavos que quieren ser chefs, masajistas, fotógrafos y que su profundidad de discapacidad se los permite porque es baja. Son aptos para alcanzar sus profesiones y lo único que queremos es que lo desarrollen para que puedan tener una vida más independiente y que realmente se sientan productivos e integrados.”

           

“En esta colección participan los jóvenes pintando directamente en la madera. No les pedimos que hagan un diseño en específico, sino que nosotros les platicamos sobre la marca y cuáles son los valores que queremos reflejar como es el éxito, la superación, el liderazgo y la caballerosidad. Así que permitimos que dejen correr la tinta y que ellos sólo se diviertan”, mencionó Sánchez.

Foto: El Informador

“El proyecto tiene como fin poder dar apoyo de una manera profesional para que desarrollen sus habilidades de una forma en la que les represente un ingreso y una independencia. De cada una de las ventas de los accesorios de León Blanco, un porcentaje se destina a este programa además de que se les paga por cada moño que diseñan. Con esas ganancias se capitalizan sus clases, cursos, materiales, insumos y todo lo que se necesite para que los beneficiados desarrollen su pasión profesionalmente”, indicó el director de León Blanco.

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Del total de personas que presentan una discapacidad intelectual, el 87% registra una discapacidad leve (pueden desarrollar habilidades sociales y de comunicación aunque presentan retraso mínimo en las áreas motoras), un 10% moderada (pueden adquirir hábitos de autonomía aunque presentan con frecuencia problemas en la expresión oral y en la comprensión de convenciones sociales) y el restante 3% severa (necesitan ayuda pues suelen presentar un deterioro muy grave en cuestiones psicomotoras); esto quiere decir que la mayoría son capaces de ser trabajadores capaces y confiables.

 

“En cuestión de requisitos simplemente es necesario que los jóvenes lo quieran hacer. Pero sí se verifica que lo puedan realizar porque hay jóvenes que por algún problema motriz no lo pueden hacer, pero básicamente sería eso: que lo quieran pintar y que lo puedan pintar” apunta Juan Manuel. Cabe señalar que la anomalía genética más común, en discapacidad intelectual, es el Síndrome de Down (1 de cada mil nacimientos).

 

“El equipo es pequeño, ahora son 6 muchachos y una señorita; cada quien pintó dos moños. Esperamos que conforme vaya avanzando el proyecto la idea va a ser que vayamos invitando a más personas”, agregó Sánchez. Curiosamente, el 60% de los casos que se presentan de discapacidad intelectual son hombres.

 

Juan Manuel entrelaza sus manos y fija su mirada en el suelo, sabe que éste es sólo el primer paso en un largo camino para posicionar la moda incluyente en lo más alto y así romper estereotipos que obstaculizan el desarrollo de los niños y niñas con discapacidad intelectual.

Proceso artesanal que buscará, paso a paso y respetando su origen, asaltar los escaparates de las tiendas mexicanas. Juan Manuel juega con sus llaves, las mueve como si al hacerlo le vinieran los recuerdos a su cabeza. “No se puede hacer tan industrializado porque obviamente los chavos tienen otras actividades y el punto es que no se pierda la esencia de que tiene que ser algo divertido, algo que les nazca y lo porten con orgullo tanto como nosotros lo hacemos”.

 

Juan Manuel alza la vista y toma un moño amarillo con detalles cafés que asemejan a una parvada en el cielo. Suspira y sonríe como si estuviera recordando cómo fue que se pintó ese pedazo de pino. Realiza el nudo alrededor de su cuello, acomoda el moño y sentencia: “Todos somos capaces. Todos merecemos una oportunidad. Todos somos moda.”

 

Ari vuelve a su asiento, toma su color favorito y se sumerge en una nueva aventura. Así como ella, los niños y niñas de Best Buddies México plasman su sentir en la madera sin saber que esos detalles de creatividad no sólo los dejarán satisfechos, sino que crearán pinceladas de inclusión, podrán formar parte de las tendencias de la moda mexicana y serán fieles acompañantes de aquellos hombres que culminen el arreglo de su vestimenta con un moño de madera.

Fotos León Blanco y El Informador

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